Volvió Sabina a A Coruña como vuelven los grandes. Con rotundidad y vehemencia. Llegó y dijo, más que aquí estoy, aquí sigo. Su mes de abril sigue robado y su bulevar sigue teniendo los sueños rotos.
Una joven monja, de hábito negro, sonrisa amplia y ojos claros, recorre las mesas de un bar en Goiânia ofreciendo rosarios, crucifijos y llaveros religiosos. La escena fue grabada por un cliente, ...
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